Describe una escena de un relato pensando en una fecha significativa para ti y traslada esas emociones a tus personajes.
Amanecía en aquel paraje rodeado de montañas y arboledas, el sol, con sus rayos dorados, hacía bonitos reflejos en el arroyo y en las hojas que bailaban con el viento. Las ranuras de la persiana dejaban paso a los primeros rayos de luz de la mañana, al mismo tiempo que una suave brisa acariciaba la morena piel de Diana.
Usa la frase: “En el oeste se encontraban las ciudades de los muertos” para hacer una composición creativa.
Escribe una historia en la que salves la situación con un mayúsculo deus ex machina.
En una de nuestras tantas expediciones acudimos al desierto del Sahara, debíamos investigar el cambio de algunas plantas a causa del cambio climático. Algunas de estas especies habían desarrollado una mayor capacidad de almacenar el agua, otras de ellas adquirieron nuevas formas de defensa de sus depredadores.
Imagina que eres un superhéroe con una gran fobia a la oscuridad, escribe un relato de superación.
Desde el día en que nací era diferente, absorbía la luz del sol, me alimentaba de ella. Nunca supe quien fue mi madre, pero las hermanas del convento donde me abandonó me dijeron que había sufrido un accidente estando embarazada de mi. Ese accidente, con radiación, la dejó inválida y está claro que también tuvo efectos en mi. Pronto me adoptaron, y me pusieron nombre, las monjitas me llamaban María, pero, por mi luz, decidieron llamarme Sol.
Describe una escena sensual con una pareja que termina desnuda en la barra de un bar.
Son las seis de la tarde y solo hay dos personas en la barra. Entra una luz cálida por los ventanales que crea curiosos reflejos con las lámparas que cuelgan del techo. Todo el local huele al incienso que coloco siempre cuando empieza mi jornada.
Escribe un relato que comience en un día de Año Nuevo.
Año nuevo vida nueva, dicen. Pero todo sigue igual, yo sigo igual que hace unas horas, para bien y para mal.
Imagínate una hoja de papel. Ahora arrúgala e intenta alisarla. Ya nunca volverá a ser igual de lisa, ¿verdad?, ahora está llena de surcos y de arrugas. Yo soy ese folio arrugado y X, las manos que me cambiaron. ¿Te hizo daño? No, simplemente me cambió.
Cansada de la monotonía aquel día de verano decidí tomarme un respiro. Apagué todo lo que hacía que mi vida se hubiera convertido en una triste y aburrida rutina.
NOTA: este relato (si se puede llamar así) lo escribí cuando tenía unos trece años. No es ni de cerca lo mejor que he escrito pero no está mal volver a leerlo. Espero que os entretenga su lectura.
EL COFRE 